viernes, junio 30, 2006

Fraudes literarios

El escritor francés Denis Boissier publicó en 2004 El caso Molière, libro que se hizo famoso mundialmente porque sostenía que El tartufo, El avaro y El misántropo, entre otras comedias, no habían sido escritas por Jean-Baptiste Poquelin, sino por su contemporáneo Pierre Corneille. Basándose en un escrupuloso estudio, Boissier desenmarañó algunas circunstancias no muy claras en la biografía de Molière y estableció que el fraude era evidente. Meses después, luego de un análisis de discursos, Dominique Labbé, profesor del Instituto de Estudios Políticos de Grenoble, concluyó que “el 99,9 por ciento de al menos 16 piezas de Molière fueron escritas por Corneille”. De ser cierta esa afirmación, Molière debería ser considerado el rey de los timos literarios.
Otro caso sucedió en 1997. Ese año, Sotheby’s remató un supuesto manuscrito de Emily Dickinson llamado “La poeta y el asesino”. Poco tiempo después se descubrió que el texto había sido fraguado por un experto en la materia: Mark Hoffmann, un estudiante de medicina que desde la década de 1980 se dedicó a perpetrar falsificaciones que lindaban con la perfección. Esta anécdota le sirvió a Simon Worrall para una novela sobre la vida de Hoffmann, quien ha sido condenado a cadena perpetua por sus actividades delictivas, que incluyen varias estafas y dos asesinatos.
Un fraude bastante publicitado fue el del anticuario alemán Konrad Kujau, autor de unos falsos Diarios de Adolf Hitler. Kujau vendió los derechos de su “descubrimiento” a la revista Stern, tras un contacto con Gerd Heidemann, un periodista de mucha experiencia, que había obtenido la medalla de oro de la World-Press-Photo por sus imágenes de la guerra del Congo en 1965. Heidemann era todo un veterano del periodismo, pero Kujau, que luego vendió sus derechos a Newsweek y Times, lo timó fácilmente.
En Ciudad de México, en 2000, diversos diarios publicaron el poema “La marioneta de trapo”, que atribuían a un Gabriel García Márquez próximo a la muerte que deseaba despedirse de sus amigos y lectores. El autor de Cien años de soledad, tomando el embuste con muy buen humor, declaró: “Lo que me mata es que crean que escribo así. (...) El poema es tan malo que no vale la pena desmentirlo”.
Jorge Luis Borges, en cambio, no tuvo tiempo de desmentir nada. A él le imputaron el poema “Instantes”, que comenzaba con estos ya famosos versos: “Si pudiera vivir nuevamente mi vida / en la próxima trataría de cometer más errores”. El texto había sido publicado inicialmente en The Reader's Digest, en setiembre de 1953, por el caricaturista estadounidense Don Herold, y no se sabe por qué malabares llegó a relacionarse con Borges. María Kodama, viuda del escritor, llegó a decir que si Borges hubiese escrito algún adefesio semejante a “Instantes”, nunca se habría casado con él.
Pero sin duda el fraude más exquisito de la literatura fue engendrado por James MacPherson, quien en 1761 afirmó haber descubierto y traducido un texto en gaélico que publicó como La epopeya de Ossian, acerca de un legendario guerrero y poeta celta del siglo III antes de Cristo. La epopeya era falsa y, al parecer, MacPherson terminó muy deprimido al ser desenmascarado. Sin embargo, su texto dejó grata impresión en los autores románticos, como Byron o Goethe. El joven Werther, el célebre personaje de Goethe, escribe el 12 de octubre en su diario:
“Ossian ha suplantado a Homero en mi corazón. ¡Oh, qué mundo ese en que el que tan magnífico poeta me introduce! Vagar saltando setos, azotado por el huracán, que empuja en vaporosa bruma los espíritus de los antepasados, al fulgor penumbroso de la bruma. (...) En el acto quisiera arrebatarle su espada a un noble guerrero, librar a mis príncipes del lento suplicio de una vida que poco a poco se consume, y rendir mi alma tras el liberado semidiós”.

lunes, junio 26, 2006

Aracataca-Macondo

Los habitantes de Aracataca, la famosa localidad de nacimiento de Gabriel García Márquez, participaron ayer en una elección popular que buscaba cambiar el nombre de su pueblo por Aracataca-Macondo. Como sabemos, Macondo es el lugar ficticio creado por García Márquez para la mayor parte de sus novelas y cuentos.
El alcalde de Aracataca, Pedro Sánchez, fue el promotor de esta idea que nació en un viaje de 23 días a Europa. Sánchez cuenta que las personas con las que conversaba no le preguntaban por Bogotá o Medellín, las ciudades más importantes de Colombia, sino por Macondo. Al alcalde se le prendió el foco y preparó una pregunta para los 22 mil pobladores aptos en la votación: “¿Está usted de acuerdo con que al nombre de nuestro municipio se le agregue la palabra Macondo y sea legalmente llamado Aracataca-Macondo?”.
La propuesta motivó tantos partidarios como detractores, pero Sánchez tenía la esperanza de salir triunfador. A las diez de la mañana de ayer se dirigió a su mesa de votación y apoyo al SÍ vestido con una camiseta que tenía impresa una imagen suya dando la mano a García Márquez. Sin embargo, a las tres de la tarde los resultados no le fueron propicios. Apenas 3.592 cataqueños fueron a votar y, según las leyes, se necesitaban 7.360 votos favorables. A decir del diario El Tiempo, 3.342 habitantes votaron por el SÍ y 250 por el NO. Los cataqueños que se abstuvieron de ir a las urnas acusaron al alcalde de buscar protagonismo a toda costa.
De cualquier forma, Aracataca estuvo de fiesta en la tarde. La gente salió a las esquinas y un grupo de opositores organizó un pasacalle que clamaba la frase: “Como dijo Gabito: no joda, alcalde, yo nací en Aracataca y punto”.

jueves, junio 22, 2006

Cien años de Billy Wilder

El maestro Billy Wilder habría cumplido cien años hoy. Wilder, autor de películas maravillosas como Sunset Boulevard (1950), Sabrina (1954), Some Like It Hot (1959), El apartamento (1960) o Primera plana (1974), nació en Sucha, Austria, y luego trabajó como cronista en Berlín. Debido a su ascendencia judía, dejó Alemania en pleno ascenso de Hitler y se trasladó a París. Su madre había muerto en Auschwitz. En 1934 partió a Estados Unidos y consiguió un empleo como guionista en la Paramount. Su trabajo fue reconocido de inmediato. Wilder llegó a dirigir 26 películas y a escribir 60. Murió de una neumonía en marzo de 2002.
La revista Sight and Sound le preguntó en 1952 por sus diez películas favoritas. Esta fue su lista:
  1. El acorazado Potemkin (Eisenstein, 1925)
  2. Avaricia (Stroheim, 1923)
  3. Varieté (Dupont, 1925)
  4. La quimera del oro (Chaplin, 1924)
  5. Y el mundo marcha (Vidor, 1928)
  6. La gran ilusión (Renoir, 1937)
  7. El delator (Ford, 1935)
  8. Ninotchka (Lubitsch, 1939)
  9. Los mejores años de nuestra vida (Wyler, 1946)
  10. Ladrón de bicicletas (De Sica, 1948)
Los dejo con un delicioso diálogo de Some Like It Hot o Con faldas y a lo loco. Jack Lemmon, vestido de mujer, trata de deshacerse de un muy enamorado Joe E. Brown.

Brown: —Hablé con mamá. Se puso tan contenta que hasta lloró. Quiere que lleves su vestido de novia. Es de encaje.
Lemmon: —Eh, Osgood, no puedo casarme con el vestido de tu mamá. Ella y yo no tenemos el mismo tipo.
Brown: —Podemos arreglarlo.
Lemmon: —Oh, no hace falta. Osgood, debo ser sincera contigo. Tú y yo no podemos casarnos.
Brown: —¿Por qué no?
Lemmon: —Pues primero porque no soy rubia natural.
Brown: —No me importa.
Lemmon: —Y fumo. ¡Fumo muchísimo!
Brown: —Me da igual.
Lemmon: —¡Tengo un horrible pasado! Desde hace tres años estoy viviendo con un saxofonista.
Brown: —Te lo perdono.
Lemmon: —Nunca podré tener hijos.
Brown: —Los adoptaremos.
Lemmon: —No me comprendes, Osgood. (Se quita la peluca). Soy un hombre.
Brown: —Bueno, nadie es perfecto.

lunes, junio 19, 2006

Orhan Pamuk en el PEN

El suplemento Cultura del diario argentino La Nación ha publicado el discurso del escritor turco Orhan Pamuk, con ocasión del último festival del PEN en Nueva York. Pamuk se refiere a los problemas de libertad de pensamiento y a los derechos de las minorías, valiéndose de un recuerdo de 1985, cuando fue encargado de guiar a Arthur Miller y Harold Pinter durante una visita de ambos a Estambul. Miller y Pinter, entre otras cosas, estaban preocupados por la situación de numerosos escritores turcos encarcelados por la dictadura. Pamuk fue designado como lazarillo no tanto por su actividad política, sino por ser "un novelista que hablaba un inglés fluido".
"Hasta entonces", dice Pamuk, "yo me había mantenido al margen del ámbito político, sin entrar jamás en él, a menos que me coaccionaran. Pero al escuchar esas historias asfixiantes de represión y crueldad, de maldad absoluta, me sentí atraído hacia él por un sentimiento de culpa, pero también de solidaridad".
Más adelante dice:
"Respetar los derechos de las minorías religiosas o étnicas nunca debe servir de excusa para violar la libertad de palabra. Los escritores nunca debemos vacilar en esto por "provocativo" que sea el pretexto. Algunos de nosotros comprenden mejor a Occidente; otros simpatizan más con los orientales y otros, como yo, procuramos mantener abierto el corazón hacia ambas vertientes de esta divisoria un tanto artificial. Pero nuestros afectos naturales y nuestro deseo de comprender al otro jamás deben obstaculizar nuestro respeto de los derechos humanos".
El texto completo se lee en este link.

viernes, junio 16, 2006

Pasajeros perdurables

Con un provocativo inicio en el prólogo ("Al parecer, solo existe una forma de ser escritor peruano: vivir en el exilio"), Iván Thays ha publicado la antología Pasajeros perdurables. Historias de escritores viajeros, un conjunto de cuentos de narradores peruanos ambientados en el extranjero. Se trata entonces de una antología temática, como Cuentos limeños de Luis Fernando Vidal (con relatos sobre la capital) o En el camino de Guillermo Niño de Guzmán (con autores de la década de 1980). En una reciente entrevista a Expreso, Thays menciona a cinco autores que por distintas razones ha debido omitir en su selección: Edgardo Rivera Martínez, Oswaldo Reynoso, Enrique Prochazka, Hernán Castañeda y Marco García Falcón, autor de París personal. Además, he leído por ahí que Daniel Alarcón no es antologado por inconvenientes con los derechos de autor.
En el prólogo de Pasajeros perdurables, Thays señala que ha omitido a Mario Vargas Llosa porque no tiene ningún cuento ambientado fuera del Perú. También deja de lado a Sebastián Salazar Bondy porque, según sostiene el antologador, los textos de Pobre gente de París no llegan a ser cuentos sino solo anécdotas de latinoamericanos en Francia. Esta apreciación me parece errada y, claro, injusta por motivos familiares. "Les créoles" y sobre todo "No hay milagros" son cuentos notables que podrían haberse incluido sin problemas en este volumen.
Los demás antologados incluyen a clásicos como Ribeyro, consagrados como Iwasaki, jóvenes como Ildefonso y hasta un delicioso hallazgo: Gastón Fernández. Thays eligió "La primera nevada" de Ribeyro ("cuento estupendo aunque traspapelado"), pero bien pudo optar por el magistral "La juventud en la otra ribera". De igual forma, quizá pudo preferir el divertido "Achtung Andalucía" de Rossana Díaz, en lugar de "Con Alfredo, en La Coruña". Y poniéndome exquisito, me habría gustado ver a "Encuentro con Alina" (el mejor texto breve que le he leído a Cueto) en lugar de "La batalla del pasado".
Al resto de relatos no le pongo objeción. Me quedo con "La segunda juventud" de Luis Loayza (el cuento de la antología), "El Benefactor" de Rodolfo Hinostroza, "Carta a París" de Guillermo Niño de Guzmán y "El derby de los penúltimos" de Fernando Iwasaki. Seguramente habría mencionado también a "Las fotografías de Frances Farmer", pero por un detalle de buen gusto no aparece en Pasajeros perdurables.

miércoles, junio 14, 2006

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

De entre todos los suicidios de escritores, el de Sylvia Plath es probablemente el más espantoso. Una década antes, a los veinte años, Sylvia intentó quitarse la vida por primera vez. Luego de una temporada en un hospital psiquiátrico, escribió en su diario: “Tengo celos de los hombres. Una envidia profunda y peligrosa que puede corroer, imagino, cualquier tipo de relación. Una envidia nacida del deseo de ser activa y hacer cosas, no ser pasiva y solo escucharlas”. Este problema fue solucionado por Ted Hughes. Sylvia lo conoció en Cambridge en 1955. Hughes era un poeta muy atractivo y exitoso, su “salvador” y su “perfecta mitad masculina”. Pero de regreso a Estados Unidos él continuó siendo famoso. Sylvia redujo sus labores literarias a mecanografiar los poemas de su esposo. A los 28 años su vida dio un vuelco: empezó a escribir persistentemente otra vez. En esa época Hughes la abandonó por otra mujer. Sylvia se refugió en un pequeño departamento con sus dos hijos. Se mató introduciendo la cabeza en el horno de la cocina.
Estos otros suicidios son igual de atroces:
-Virginia Woolf, en un estado de grave depresión, desapareció de su casa en marzo de 1941. Hallaron su cuerpo en el río Ouse, cubierto con un abrigo repleto de piedras. Dejó una nota a su marido, en la que decía: “No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que nosotros hemos sido”.
-Luego de conseguir celebridad con sus novelas entre el público juvenil, Emilio Salgari enfrentó una crisis psiquiátrica terrible. Escribió algunas cartas antes de quitarse la vida. Una de ellas estaba dirigida a sus editores: “A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semimiseria o aún peor, solo os pido que en compensación por las ganancias que os he proporcionado, os ocupéis de los gastos de mis funerales. Os saludo rompiendo la pluma. Emilio Salgari”. En abril de 1911 se abrió el vientre con una cuchilla.
-John Kennedy Toole estuvo en el ejército, vendió tamales en la calle, fue un alumno excelente de la universidad de Tulane y trabajó como profesor de un colegio dominico. Luego de que su novela La conjura de los necios fuera rechazada por Simon and Schuster, se dedicó a la bebida. En marzo de 1969 desapareció en un auto en las afueras de Nueva Orleáns. Conectó un extremo de una manguera al tubo de escape y el otro lo llevó a la cabina del conductor. Su carta de suicidio fue destruida por su madre.
-El médico y poeta Luis Hernández pasó varios años de su vida tratando de aliviar el dolor de espalda que lo torturaba. Viajó a Buenos Aires para su tratamiento y se internó en la clínica García Badaraco. Luis siempre enviaba cartas a la bella Betty Adler, su pareja. Se mató arrojándose a un tren en plena marcha.

lunes, junio 12, 2006

Pudor a la pantalla

La novela Pudor de Santiago Roncagliolo será llevada a la pantalla por Tristán Ulloa (en la foto), que debuta como director. Tristán (Lucía y el sexo) y su hermano David (que se hará cargo de la dirección técnica) empezarán a rodar desde el lunes 12 de junio. Los actores seleccionados son: Nancho Novo (Los amantes del Círculo Polar), Elvira Mínguez (Tapas), Cesar Bugallo (Mar adentro), Joaquin Climent (Los lunes al sol) y Nuria González (El calentito).
Gijón reemplazará a Lima como escenario. Tristán Ulloa ha declarado que: "Al hacer la adaptación y con ella la traslación del lugar de la acción, nos dimos cuenta de que el espíritu de la novela se mantenía, pues los miedos, los secretos y los deseos de los seres humanos son los mismos en cualquier lugar, son universales".
Es probable que pronto Abril rojo corra la misma suerte. Al director solo le restaría trabajar la primera parte, pues la escena final ya fue filmada en El silencio de los inocentes.
Sobre Roncagliolo, Planeta Perú acaba de publicar El Príncipe de los Caimanes, su primera y sin duda mejor novela hasta ahora.

viernes, junio 09, 2006

Brasil campeón en Alemania 2006

En 1994, luego de que su selección pisoteara a la de Argentina en Buenos Aires, Gabriel García Márquez dijo que "no le cabía la menor duda" que Colombia iba a ganar el Mundial de Estados Unidos. Según un cable de EFE de esa época, García Márquez indicó que ya había comprado la entrada para ver la final, y que solo esperaba conocer a la selección rival. Si no me falla la memoria, también llegó a apostar un auto o una fuerte suma de dinero, que por supuesto perdió tempranamente en la primera ronda.
El administrador de este blog, en cambio, ha acertado a todos los campeones mundiales desde España 82. Solo tuvo un tropezón en 1990, cuando puso las manos al fuego por Italia. En 1986, curiosamente, se ganó las burlas de sus compañeros escolares por apoyar a la Argentina de Maradona. En fin, cosas del pasado. Ahora apoya a Brasil y deja constancia de su opinión. Pero, por si las moscas, pone a Alemania como segunda alternativa. Ya saben, nadie es perfecto. Está demostrado que ni siquiera García Márquez.

jueves, junio 08, 2006

Lo mejor del rock argentino

Quienes crecimos escuchando rock argentino siempre estamos interesados en sus noticias y sus últimas producciones. Por eso este dato me ha llamado la atención. La excelente página Rock.com.ar ha publicado "Las 100 de los 40", una lista con las cien mejores canciones de las últimas cuatro décadas en ese país.
Los dos primeros lugares pertenecen a "Cerca de la revolución" de Charly García y a "Muchacha ojos de papel" de Almendra. Hasta allí todo bien. ¿Pero Redonditos con medalla de bronce? ¿Divididos en sexto? ¿Los Piojos en séptimo? La superclásica "La balsa", considerada la mejor canción argentina por Rolling Stone, aparece en quinto puesto. "Mañana en el abasto" de los fabulosos Sumo está en el 17. Peligrosos Gorriones, un grupazo que descubrí en el eMule, no existe. El punk de Dos Minutos tampoco. Ni hablar de "Ruedas de metal" de Riff. Y conozco a alguien que protestaría por la exclusión de Juana La Loca.
Les dejo la espantosa lista de los primeros diez lugares:
  1. "Cerca de la revolución" (Charly García)
  2. "Muchacha ojos de papel" (Almendra)
  3. "Mariposa Pontiac (Rock del país)" (Los Redonditos de Ricota)
  4. "De música ligera" (Soda Stereo)
  5. "La balsa" (Los Gatos)
  6. "El 38" (Divididos)
  7. "Pistolas" (Los Piojos)
  8. "Yo vengo a ofrecer mi corazón" (Fito Páez)
  9. "Eiti Leda" (Seru Giran)
  10. "Solo le pido a Dios" (León Gieco)

viernes, junio 02, 2006

Identidades

Una mala noticia. La revista Identidades de El Peruano, tal como la conocíamos, ya no existe. Desde hoy es una sección de Variedades, un nuevo semanario que ha editado nuestro diario oficial. ¿A quién se le habrá ocurrido ese disparate? El contenido de Identidades acompaña ahora a una crónica sobre los tragamonedas y a un informe sobre la campaña del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo durante el Mundial de Alemania.
Las anteriores ediciones de Identidades, coherentes y polémicas (que no es lo mismo que discutibles), serán un grato recuerdo. Tan grato como el antiguo Domingo de La República, El Suplemento de Expreso o Artes & Letras de El Sol. Por lo pronto, todavía nos queda El Dominical de El Comercio.

jueves, junio 01, 2006

Las 25 novelas más sexys

La revista Playboy ha realizado una lista con las 25 novelas más sexys jamás escritas. No se han incluido cuentos, relatos, memorias o manuales.
“Ciertamente nuestra lista es subjetiva, pero somos expertos en la materia”, dice la presentación. Elogio de la madrastra de Vargas Llosa es quizá la ausencia más notoria. Lolita de Vladimir Nabokov, mi candidata, aparece relegada en el decimoprimer lugar.
Acá les dejo la lista:
  1. Fanny Hill (1748-49) de John Cleland
  2. El amante de Lady Chatterley (1928) de D. H. Lawrence
  3. Trópico de Cáncer (1934) de Henry Miller
  4. Historia de O (1954) de Pauline Réage
  5. Crash (1973) de J.G Ballard
  6. Entrevista con el vampiro (1976) de Anne Rice
  7. El lamento de Portnoy (1969) de Philip Roth
  8. El mago (1965) de John Fowles
  9. Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1995) de Haruki Murakami
  10. Endless Love (1979) de Scott Spencer
  11. Lolita (1955) de Vladimir Nabokov
  12. Carrie's Story (1995) de Molly Weatherfield
  13. Miedo a volar (1973) de Erica Jong
  14. Peyton Place (1956) de Grace Metalious
  15. Historia del ojo (1928) de Georges Bataille
  16. El fin de Alice (1996) de A.M. Homes
  17. Vox (1992) de Nicholson Baker
  18. Rapture (2002) de Susan Minot
  19. Singular Pleasures (1983) de Harry Mathews
  20. En carne viva (1995) de Susanna Moore
  21. Brass (2004) de Helen Walsh
  22. Candy (1958) de Terry Southern and Mason Hoffenberg
  23. Forever (1975) de Judy Blume
  24. Un sueño americano (1965) de Norman Mailer
  25. Los insaciables (1961) de Harold Robbins