jueves, abril 27, 2006

Los guapos del barrio

A causa de las continuas protestas por un antiguo post acusado de machista y liviano, Lado B se ve en la obligación de publicar este recuento de escritores apuestos casi a regañadientes. Para el caso, ha consultado con una opinante anónima. Este recuento puede tomarse como excusa el reciente piropo de Carmen Posadas a Mario Vargas Llosa (“está muy guapo a sus setenta años”), durante la ceremonia en que el autor arequipeño fue investido con un doctorado honoris causa por la Universidad Europea de Madrid.
Vargas Llosa, por cierto, ha sido considerado en esta nómina por “su presencia” y porque “es fotogénico”. Jaime Bayly, reciente finalista del Planeta, obtuvo mil veces más elogios (“churrazo” fue uno de ellos) y es probablemente el favorito de la autora intelectual de este post. Alfredo Bryce fue tomado en cuenta por sus fotografías juveniles, lo mismo que Luis Hernández. Para terminar con los peruanos, los dejo con la revelación de revelaciones: Ricardo González Vigil. No, no es broma. Lado B toma muy en serio la opinión de sus colaboradoras.
El latinoamericano merecedor de más suspiros (“esa dejadez, esa barba sin afeitar, se le ve muy atractivo”) es Alan Pauls, autor de El pasado. Roberto Arlt y Octavio Paz quedaron muy, muy lejos. Ni Carlos Fuentes con su parecido a Andrés García logra alcanzar al imbatible argentino.
Paul Auster disfruta de su buena nota “por sus ojos y sus labios”, y no tanto por haber escrito la Trilogía de Nueva York. A Arthur Golden, famoso por Memorias de una geisha, le ayudó “el porte” y “la seguridad”. Richard Ford tiene una “mirada profunda”. Y John Steinbeck fue un treintón “interesante”. John Irving se quedó por unos puntos. Le faltaron labios. A Bret Easton Ellis, en cambio, le sobraron cachetes.
Cruzando el charco, Cyril Collard, autor de Las noches salvajes, se lleva la medalla dorada. Alessandro Baricco lo sigue de cerca. Las cejas y la mirada fuerte de Martin Amis quedan algo retrasadas, al igual que Graham Greene (“un hombre interesante”). Thomas Bernhard pierde por una nariz, pese a la “bonita barbilla”. Alan Hollinghurst es la revelación inglesa. El buen Hollinghurst tiene mucho que agradecerle a sus canas. Ni piense en pintárselas.


Alessandro Baricco y Alan Hollinghurst

Paul Auster y Cyril Collard

Graham Greene y Martin Amis

Jaime Bayly y Alan Pauls

lunes, abril 24, 2006

El saqueo a la Biblioteca Nacional

La República publica hoy una investigación sobre el saqueo a la Biblioteca Nacional de Lima durante la Guerra del Pacífico. El reportaje ha sido realizado por un periodista de Diario Siete y por primera vez revela la lista de diez mil libros que ingresaron al país sureño en esa época, un hecho que algunos historiadores chilenos siempre han negado. Entre los ejemplares se encuentran el Compendio de crónicas de Garibay (1628), El teatro del mundo i del tiempo de Galluci (1611) y la Biblioteca clásica latina de Lamaire (de 151 volúmenes). El inventario fue hallado entre los papeles del sabio Ignacio Domeyko, rector de la Universidad de Chile en ese entonces y encargado de clasificar el botín llevado desde Lima.
El hallazgo permite acelerar la devolución de libros, comunicada a los medios la semana pasada por Sinesio López, actual director de la Biblioteca Nacional del Perú. Se sabe que la entrega del material bibliográfico es un asunto de Estado y debe ser autorizado por la presidenta Michelle Bachelet. ¿Algún candidato presidencial se interesará en este asunto? ¿O solo harán pedidos absurdos como el de Ollanta Humala, referido al regreso del Huáscar?

lunes, abril 17, 2006

Literatura portátil de Vila-Matas

Un artículo para fanáticos de Enrique Vila-Matas acaba de aparecer en el suplemento Libros de Página 12. A pedido de Rodrigo Fresán, el autor de Bartleby y compañía pasa revista a todos sus libros publicados. Fresán dice que le propuso hacer “un plano de la casa que ha venido construyendo hasta el día de hoy apilando palabra sobre palabra, libro sobre libro”.
Vila-Matas, por su parte, afirma: “En todos mis libros hay escritores y hay libros. Podría escribir un libro donde no hubiera un escritor, o alguien que quiere ser escritor, o variantes de la forma de lo que es un escritor; pero no estoy del todo seguro de que me divertiría haciéndolo. Es como si para mí la figura del escritor fuera el recipiente perfecto, el frasco que contiene toda mi visión de la vida y el sentido de las cosas. Ese es mi tema, todos mis temas”.
El texto completo se encuentra aquí. Es pecado perdérselo.

viernes, abril 07, 2006

Rockeros lectores

¿Qué leían o qué leen nuestros cantantes de rock favoritos? ¿A quién lee Lou Reed, Bono Vox o Charly García? Échenle un ojo a esta lista. Algo interesante se puede sacar.
-Bob Dylan (en la foto) leía y probablemente aún lee mucha poesía. En el colegio fue expulsado porque no estudiaba los libros obligatorios. “Leía a los grandes poetas en la forma como algunos leen a Stephen King”, dijo alguna vez. “La obra de Edgar Allan Poe me impactó muchísimo. Pero también la de Byron, Keats y otros”. Los seguidores de Bob Dylan sostienen que tomó su nombre artístico del poeta Dylan Thomas, aunque el cantautor siempre lo ha negado con énfasis.
-Elvis Presley leía la Biblia y habitualmente recitaba de memoria algunos pasajes bíblicos en sus conciertos.
-Según Robert Rosen, autor de Nowhere man: Los últimos días de John Lennon, el líder de los Beatles leía “cualquier cosa que le caía en las manos, y le eran muy familiares Freud y Jung”.
-Lou Reed era amigo de Delmore Schwartz, un poeta que encontró elogios tempranos y que desde entonces se sometió a una severa autodestrucción. Murió alcoholizado a los 53 años en un hotel de mala muerte en Nueva York. Lou Reed dijo sobre él: “Yo odiaba la universidad. Salvo Delmore Schwartz, todos los profesores eran estúpidos. Él había escrito un relato, “En sueños empiezan las responsabilidades”, que es quizá el relato más extraordinario que jamás haya leído. Era el ejemplo de cómo se podía alcanzar un logro artístico de primer nivel con un lenguaje sencillo”.
-Bono Vox, líder de los U2, se convirtió en amigo personal de Salman Rushdie a raíz de un viaje que hicieron a Nicaragua en 1986. En realidad, ambos no coincidieron en esa visita, pero Bono tuvo la oportunidad de leer La sonrisa del jaguar, el libro de reportajes sobre la situación nicaragüense que preparó Rushdie. Su primer encuentro ocurrió luego de un concierto por la gira de presentación del disco Achtung Baby. Rushdie quería hablar de música y Bono de Nicaragua y de la condena a muerte notificada desde Teherán para el autor de Los versos satánicos. Dos años después, Rushdie fue presentado públicamente en el estadio de Wembley, durante las promociones de Zooropa. Sobre esa experiencia el escritor ha dicho: “Sentí, por un momento, lo que supone tener a 80 mil seguidores aplaudiéndote. En general, el público que asiste a una sesión de lectura es un poco más reducido”.
-Marilyn Manson es un conocido admirador de Lewis Carroll. En la actualidad dirige y protagoniza un largometraje que se llamará Phantasmagoria, una suerte de biopic sobre el autor de Alicia en el país de las maravillas. Manson ha declarado que centrará su mirada en la relación de Carroll y su niña inspiradora, Alice Liddell.
-Joaquín Sabina es muy amigo de Alfredo Bryce y uno de sus sueños es hacer un concierto con él. De Bryce se sabe que es un gran imitador de Frank Sinatra y Daniel Santos, además de intérprete de rancheras y valses peruanos antiguos, como, por ejemplo, “La abeja”. Por otro lado, Sabina acepta “orgulloso” la influencia de César Vallejo, a quien llama su “poeta de cabecera”.
-En Argentina, Charly García se declara lector de Borges. Además, Joan Baez es amiga de Ernesto Sábato. Y aunque no es santo de mi devoción, tengo entendido que Carlos El Indio Solari, cerebro de Los Redonditos de Ricota, es admirador de los escritores beatnicks, en especial de Jack Kerouac y Gregory Corso. Mucho antes, en su adolescencia, Solari devoraba libros de ciencia-ficción.
-En el Perú, Daniel F, cabeza de Leusemia, ha declarado que su libro favorito es Al final de la calle de Óscar Malca. Tanta es su devoción que uno de sus discos se llama de la misma manera. Rafo Ráez, por su parte, ha musicalizado algunos poemas de Luis Hernández y en 2005 editó el disco El Elefante, que tiene letras del estupendo poeta José Watanabe.