Aquí murió el payaso, de Rafael Robles

El poeta Rafael Robles Olivos (Lima, 1982) publicará en menos de un mes su segundo libro, Aquí murió el payaso, editado por Estruendomudo. Recordemos que a fines de 2005 Olivos dio a conocer Buena suerte, Peter Parker!, en la misma casa editora. Según el autor, esta nueva entrega «habla del inicio-goce-y fin de una relación de pareja intensa y conflictiva, cuyas peleas se mezclan con las de una guerra exterior más grande y más terrible, así como con la peor de todas las violencias: la visión crítica de la familia».
Los dejo con dos poemas de Aquí murió el payaso:

Pista de baile 1

Muérdeme, sácame un pedazo y mira lo que tengo adentro. Arráncame la piel, el sueño y la estúpida costumbre de ser otro cuando estoy sin ti. Muérdeme. Atácame como una estampida de elefantes. No dejes nada para después, que todo yo sea una bolsa de basura que el tiempo se olvida tirada en una esquina. Acábame con una estocada. Finge que de verdad no te intereso. Mírate en el espejo de tu sala, sonríe si puedes, ríete de mí. Muérdeme, mastícame, escúpeme, ámame como una loca, como un animal enfurecido que busca mi corazón con los colmillos, que sufre por las noches, que piensa en mí con la tristeza de una guerrillera. Luego no me llames, no me busques nunca, no me dejes tu correo. Desaparece de mi vista. Vete ya.

Arenga militar al hermano que vuelve

Vamos
soldado
repose las armas
y apunte al cielo
con la mirada.
Busque a la chica
que dejó en la universidad
en el parque
en la cama destendida.

Olvide la guerra
que nosotros ya nos olvidamos
de usted.

Vamos vaquero
baje del caballo
y zúrrese del mundo.

Échese un rato. Descanse.
Mire el fútbol, señor soldado
insulte a los árbitros
y mañana temprano
vuelva por la chica.

Sea un héroe.