jueves, noviembre 17, 2005

Ganadores y finalistas del Premio Copé 2002

Con un lamentable retraso de dos años, se presentó hace pocas semanas el libro de ganadores y finalistas de la XIII Bienal de Cuento “Premio Copé 2002”. Como se sabe, el Copé es el gran medidor de la salud cuentística en el Perú. No existe en nuestro medio otro premio con tanto prestigio y perseverancia como el Copé, y ninguno cuenta con galardonados de la talla de un Luis Nieto Degregori, un Óscar Colchado, un Fernando Iwasaki (en la foto), un Zein Zorrilla y un nutrido y respetable etcétera.
En esta ocasión el premio recayó en Gregorio Martínez, narrador notable, autor de la excelente novela Canto de sirena. El cuento de Martínez, “Guitarra de palisandro”, está ambientado en Manhattan y narra la historia de Domingo Chalco, un maestro nasqueño habilísimo en el arte de reparar y confeccionar guitarras, que se rebana accidentalmente el miembro viril mientras trabaja con una cuchilla de acero. El relato trasciende esa anécdota y crea un ambiente propio, alimentado con recuerdos de Coyungo y de Lima, con menciones al trío Los Panchos, a Lucho Barrios y a Los Embajadores Criollos.
El segundo premio recayó en “Sin cobijo en Palomares”, de Juan Manuel Chávez, un cuento con evidentes deudas a Juan Rulfo, que explora una relación de incesto entre hermanos con una prosa deliberadamente densa y misteriosa. El tercer lugar correspondió a “El fantasma”, de Héctor Asenjo, relato con referencias a la época subversiva, y que probablemente debió ceder su puesto ante otros cuentos mejor planteados, como el de Luis Freire (la historia de un cincuentón que conoce a una muchacha salida literalmente de un libro de Julio Ramón Ribeyro), el muy bien escrito de Edmundo Motta Zamalloa (los amores de un hijo con la mujer de su padre) y en especial el de Julián Pérez (la búsqueda de un profesor de escuela sobre su propia identidad andina).
Otros relatos destacables son “Maldita sea” de Julie de Trazegnies (cuento de buena factura sobre una pareja que se muda a una casa extraña y malévola), “Cachi-cachi, maldito” de Javier Gonzales (autor con buen oído para captar el habla del habitante andino) y “La gruta azul” de Marco García Falcón (páginas deliciosas sobre una pareja mayor que viaja a Europa en un tour). Mención aparte merece Carmen Díaz Costa, de quien he leído también “Achtung Andalucía” en el Premio Copé 2000. Díaz Costa, radicada en España, ha construido un mundo sobre la vida de la mujer peruana en Europa, con una voz muy personal, divertida y femenina.
Naturalmente, la mayor cantidad de premiados proviene de Lima y el Callao. Pero hay también un número apreciable de narradores de provincia: dos de Ayacucho, dos de Cusco, y el resto de Apurímac, Nasca, Virú y Tacna. Existen asimismo siete cuentos fantásticos (siete de veinte no está nada mal en un medio como el peruano, habituado al realismo) y cuatro que aluden al terrorismo, algunos como telón de fondo y otros, como el de Dante Castro, mucho más explícitos. Un relato bastante curioso es “Cuando llegaron los azules” de Teodoro Bernabé Pereda. El autor nos traslada a Trujillo, en la época en que los apristas eran perseguidos luego de tomar el cuartel O’Donovan. El relato poco a poco va tomando partido y finaliza con este elocuente párrafo:
“Así, oiga usted, con los azules, que a Dios gracias llegaron y se fueron sin reclamar nada; mas los apristas, ¡por la hostia divina!, se quedaron entre nosotros, aprovechándose de nuestra fértil hospitalidad y de nuestros sueños”.
Al principio de este comentario me refería al “lamentable retraso” con el que ha aparecido este volumen. Recordemos que Copé no está debiendo aún los libros de poesía de la bienal de 2003 y el tomo de cuentos de 2004. Esperamos verlos publicados dentro de muy poco en las pulcras ediciones que acostumbra hacer Petroperú (aunque en esta oportunidad se escapa por allí una que otra errata, asunto remediable para una próxima impresión).

4 comentarios:

Juan Arellano dijo...

Post seleccionado para la sección recomendados de BlogsPerú.

Anónimo dijo...

El ejemplar que tienes el el de la presentación, donde salió equivocado. El autor de "La Herencia" es Edmundo Motta. Miguel Ruiz Effio es responsable de "Derechos de Autor". Lo puedes comprobar en el acta del jurado, que se publica al final. Petroperú corrigió el libro casi un mes después.

Juan Carlos Bondy dijo...

Gracias por el dato. Acabo de corregirlo. No tenía ni idea de ese dislate en la edición.

Anónimo dijo...

La Cope y la TAUROMAFIA. no falla, o vuestro es el sadismo