viernes, noviembre 25, 2005

La pluma se esfuma


Al menos cuatro de mis escritores más admirados han muerto a causa del cigarrillo.
Osvaldo Soriano, que habitualmente aparecía retratado con barba, gordo y canoso, murió por fumar en exceso.
Italo Svevo era igualmente una infatigable chimenea. Como constancia de ese romance con los cigarrillos ha dejado un desquiciante capítulo en La conciencia de Zeno, titulado “El humo", que bien podría haber servido de inspiración a Julio Ramón Ribeyro para el relato “Solo para fumadores”.
Hacia 1991, Ribeyro había cumplido cinco años sin volver a sus Yves Saint Laurent mentolados. Pero un buen día advirtió que sin cigarros no podía escribir, de modo que volvió a ellos con el propósito de retornar a sus mejores momentos como creador. Sin embargo, sus pulmones lo traicionaron mucho antes de lo que había planeado. Porque, salvo unos capítulos de sus memorias, que dejó incompletas, Ribeyro no había escrito gran cosa.
La misma tragedia acabó con Raymond Carver (en la foto). Cuando Carver concluyó su cuento “Tres rosas amarillas”, en el que narraba la agonía de Antón Chejov consumido por la tuberculosis, se le detectó un cáncer al pulmón. Murió poco después, sin otro legado que Un nuevo sendero hacia la cascada, su último poemario.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno tu post, Juan Carlos. Sabes que me apasiona JR Ribeyro y especialmente su "Sólo para fumadores". Me sentí identificado cuando lo leí. Afortunadamente, un día de hace cuatro años me dije: no volverás a fumar jamás; ni siquiera un cigarrillo, ni siquiera una calada. Y hasta ahora.
Yo también conozco a uno que dice que no sabría escribir sin un cigarrillo que alimente su inspiración. Yo no sé si eso es verdad. Lo que es cierto es que cada vez tiene más esa tosecita que se le oye al levantarse.
Un saludo.
GERARDDO

Anónimo dijo...

Te felicito Juan Carlos por tus opiniones interesantes. También por tus temas tan atractivos. Un fuerte abrazo.
JORGE COAGUILA

Juan Carlos Bondy dijo...

Dos ribeyrianos cayeron en mi post, Gerardo y Jorge Coaguila. Gracias por el interés. Saludos a ambos.