
martes, diciembre 23, 2008
jueves, diciembre 04, 2008
Cambio de palabras

La carátula que acompaña este post es obra de Christian Bendayán.
Lo que sigue es un extracto del prólogo de Hildebrandt:
Releyendo algunas de las entrevistas de esta segunda edición compruebo, además, que la política peruana se quedó sin repuestos. A Sánchez lo sucedió don Nadie, a Townsend le tomó la posta el silencio, a Pedro Beltrán lo heredó la Confiep, de Barrantes solo quedaron viudas. Cambio de palabras no podría haberse hecho ahora por falta de elenco. Cuando escucho a muchos de los congresistas balbucear desde sus escaños una jerga brotada en sucesivas lobotomías, me digo que tuve, como muchos, la suerte de asistir a un país mejor educado. Suerte relativa, por supuesto, porque junto con ella viene algo parecido a la melancolía.
Releyendo algunas de las entrevistas de esta segunda edición compruebo, además, que la política peruana se quedó sin repuestos. A Sánchez lo sucedió don Nadie, a Townsend le tomó la posta el silencio, a Pedro Beltrán lo heredó la Confiep, de Barrantes solo quedaron viudas. Cambio de palabras no podría haberse hecho ahora por falta de elenco. Cuando escucho a muchos de los congresistas balbucear desde sus escaños una jerga brotada en sucesivas lobotomías, me digo que tuve, como muchos, la suerte de asistir a un país mejor educado. Suerte relativa, por supuesto, porque junto con ella viene algo parecido a la melancolía.
Si alguien me preguntara si hubo un par de entrevistas que me gustaría volver a hacer diría, previsiblemente quizá, que esas son las de Borges y Juan Gonzalo Rose. Uno instalado en la erudición y el otro en el desasosiego, ambos me demostraron que tal vez elegí mal cuando opté por la entrevista política. Hoy no haría eso. Los políticos ya no son primos de la cultura ni lectores con los que tratar una agenda que esté más allá de lo contingente.
martes, diciembre 02, 2008
La línea en medio del cielo

Los dejo con el texto de la contraportada:
«Un viejo que trabaja en una funeraria, un grupo de conspiradores que no se sabe si realmente son conspiradores, un médico que cuenta historias de desaparecidos antes de desaparecer él mismo y un tipo con una extraña colección de fotografías son algunos de los personajes que aparecen en esta breve e intensa novela que explora los límites entre la realidad y la ficción.
Con una prosa precisa y vibrante, La línea en medio del cielo es un apasionante viaje onírico que se desarrolla a través de sugerentes silencios, que cuenta muchas historias en medio de un trasfondo político que revela la posible ausencia de fronteras entre el mundo de la intimidad y el complejo mundo exterior.
La línea en medio del cielo es una novela que está llamada a ocupar un merecido lugar de privilegio en el interesantísimo panorama de la nueva narrativa peruana, la cual nos permitirá conocer a un escritor de raza y riesgo como Francisco Ángeles».
Cotahuasi
(Clic en la imagen).
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