viernes, diciembre 02, 2005
Su libro ha sido rechazado
¿Madame Bovary es una novela colmada de detalles superficiales? ¿Lolita de Nabokov debe permanecer sepultada bajo una piedra durante mil años? ¿Ballard está loco de atar por haber perpetrado un libro como Crash?
Aunque no pueda creerse, las anteriores son opiniones de especializados editores de libros. Naturalmente, cualquier profesional puede equivocarse, pero el problema empieza cuando el yerro es tan atrevido como considerar a Cien años de soledad como un libro “muy fantasioso” y alejado de “la realidad histórica”. Esta frase pertenece a Carlos Barral, padre editorial del boom, y obligó a García Márquez a tentar suerte en la editorial Sudamericana de Buenos Aires.
En el Perú (¿por fortuna?) las cosas funcionan de modo distinto. Cualquier autor puede costear su propia publicación en una editorial desconocida o fantasma. De ese modo no hay manera de encontrarse con los despropósitos de un editor inexperto o sin buen olfato. Quizá la más famosa torpeza editorial de nuestro país ocurrió en la revista Variedades, regentada por Clemente Palma, que calificó unos versos de Vallejo como “auténtica leche de burra” y también como “tonterías poéticas más o menos desatinadas y cursis”.
No menos célebre es el rechazo de André Gide ante la primera parte de En busca del tiempo perdido. Con los años, Gide consideró que había cometido el más grande error de su vida.
Les dejo algunas opiniones editoriales de antología. Casi todas están consideradas en el libro Rotten Rejections de Andre Bernard:
-El diario de Ana Frank: “La autora está desprovista de la sensibilidad necesaria para producir un interés que vaya más allá de la simple curiosidad”.
-Rebelión en la granja de Orwell (en la foto): “Es imposible vender historias de animales en Estados Unidos”.
-El amante de lady Chatterley de Lawrence: “Lo decimos por su propio bien: no lo publique”.
-Retrato del artista adolescente de Joyce: “Desconcertante y poco atractivo”.
-Catch 22 de Heller: “No tengo la menor idea de lo que este hombre ha querido decir... Aparentemente el autor ha querido parecer gracioso, quizá satírico, pero no es gracioso en un nivel intelectual”.
-Carrie de King: “No estamos interesados en ciencia-ficción con utopías negativas”.
-Santuario de Faulkner: “¡Santo cielo! No puedo publicar este libro. Terminaríamos los dos en la cárcel”.
-El espía que vino del frío de Le Carré: “El autor no tiene ningún futuro”.
-Malone muere de Beckett: “El malvado gusto del público no coincide todavía con el malvado gusto de la vanguardia francesa”.
-Poesía de Yeats: “Para mí, no hay nada dentro. No leería una página más por nada en el mundo”.
-El mundo según Garp de Irving: “Nada de nuevo ni en lo que se refiere a forma ni en lo que respecta al lenguaje” (semejante razonamiento merece un callejón oscuro, cuando menos).
-Madame Bovary de Flaubert: “Su novela está sobrecargada de detalles descritos de manera muy precisa pero decididamente superficiales” (¡fusilen a ese editor!).
Tampoco Barral mentía...
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