Como se anunció en un post anterior, el administrador de este blog tuvo una reunión de trabajo el viernes pasado con nuestro enviado especial a la Feria del Libro de Buenos Aires. El encuentro, que se prolongó inusitadamente hasta las tres de la mañana, nos dejó sorprendidos por completo. Nuestro enviado especial no nos trajo novedades, datos exclusivos, ni nada semejante. Solo historias referidas a grandiosas borracheras y a inconcebibles ofertas de libros (libros que apenas me dejó tocar y revisar durante tiempo cronometrado). Pero del trabajo periodístico, nada de nada. Por ese motivo, el comité editorial ha decidido prescindir de sus servicios (si es que un relato sobre sus compras y sus brindis pueden llamarse 'servicios') desde este momento. Pero no se preocupe el lector: Lado B se compromete a contratar a un profesional más idóneo para futuras comisiones.¡Hemos dicho!
4 comentarios:
Divertido relato, Juan Carlos estimado. ¿Cómo estás? Me da gusto saludarte. ¿Así que de la Feria del Libro de Buenos Aires, nada de nada? Hasta pronto.
Javier, es un placer saludarte. Eso he leído: que la Feria no estuvo tan buena como otros años, teniendo en cuenta que antes fueron, solo por recordar a algunos invitados: Paul Auster, Ray Bradbury, Susan Sontag, Daniel Pennac, Doris Lessing, Cees Nooteboom y un largo etcétera.
Un fuerte abrazo.
En mi defensa, debo decir que las condiciones de trabajo no fueron para nada cercanas a lo tolerable. Los viáticos me hicieron recordar a las magras propinas que me dejaba el Ratón "Perez"; no conté con la respectiva acreditación de corresponsal de Lado B (el rostro de Bondy en primer plano plastificado, a la manera de una llave dispuesta a abrir todas las puertas posibles); y, lo que fue más grave, el encargo concreto que recibí fue entrevistar a unas tales Fulop, Maza y Salazar que jamás asomaron sus rubias cabezas por la feria. Así, díganme ustedes, no se puede trabajar. Por tanto, no he sido despedido, RENUNCIO señor Bondy.
El corresponsal
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