sábado, octubre 22, 2005

¿Cómo se entrevista a Rushdie? (agregado al post anterior)


Entrevistar a Salman Rushdie entraña toda una aventura policial. El reportero dispone apenas de dos horas para su trabajo. No podrá revelar el lugar de la reunión, ni los rasgos físicos de los guardias personales, ni los métodos empleados para la seguridad del escritor. En todo caso, divulgar uno de estos puntos es literalmente imposible, pues el periodista ha sido encapuchado y conducido previamente por un chofer sin rostro a través de las calles de Londres y los suburbios.
Entrevistar a Vaclav Havel es igualmente espinoso, o por lo menos lo era. En cierta ocasión, una reportera chilena tuvo la misión de hacerle una entrevista cuando era presidente de la República Checa. Solo dispuso de treinta minutos contados con cronómetro y tuvo que ser ayudada por un traductor. Havel solicitaba siempre un traductor, pues, a pesar de que habla el inglés a la perfección, no le agrada usar ese idioma. Para encontrarse con Havel hizo falta llegar a Praga, subir al castillo de Praga, traspasar las medidas de seguridad, conversar con secretarios y amanuenses para reconfirmar la cita, subir tres pisos, cruzar enormes salones y finalmente esperar por tiempo indefinido. Las reglas del diálogo fueron impuestas por un vocero oficial, que tenía la facultad de interrumpir la entrevista de un frenazo, incluso si no se había terminado. Increíble.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada, pues lo repito. Que decía que son suculentos los manjares que ofreces. Delicias las anécdotas literarias que tanto nos alimentan a los que nos gustan los libros y la vida de los escritores. Muy interesantes. Y que aunque esté a la distancia de un click el borrar éste tu blog, simpre lo seguiré leyendo porque me gustas lo que escribes y cómo lo escribes. Un saludo afectuoso de GERARDO.

Juan Carlos Bondy dijo...

Gracias, gracias, como siempre, chicos. Un fuerte abrazo.